Conexiones que dan dividendos
Por: Niel Dawson
A principios de año asistí en mi iglesia a la "Ceremonia de la Piedra Blanca", que consiste en elegir una palabra con la que quieres vivir este año y escribirla en una piedra blanca. Guardas la piedra cerca de ti (yo tengo la mía en la mesilla de noche) para recordar tu intención. Este año elegí "conectar", y parece que me está guiando durante el primer mes del año.
Entonces, ¿qué tienen las conexiones que son tan importantes para mí? Bueno, creo que todos estamos conectados y que las acciones que realiza una persona no sólo afectan a quienes nos rodean, sino que se extienden mucho más allá de nuestras conexiones inmediatas. ¿Cuáles son nuestras conexiones inmediatas? Creo que son infinitas y empiezan con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo. Cuando empecé a pensar en todas mis conexiones, me di cuenta de que hay muchas más de las que inicialmente era consciente, y puede que a ti te ocurra lo mismo. Por ejemplo, tus conexiones empresariales, como los que contratan con tu empresa para realizar un trabajo. Después, a tus empleados, proveedores, subcontratistas, banquero, contable, abogado y cualquier persona con la que hagas negocios.
Esas son tus conexiones empresariales, pero luego están tus conexiones personales y sociales, de amigos, familiares y relaciones sociales y muchas más. Y muchas de estas conexiones pasan de los negocios a lo social y las amistades. Con algunas de estas conexiones te esfuerzas por desarrollarlas, mientras que otras se desarrollan sin esfuerzo, y otras parecen quedarse en el mismo nivel, o incluso decaer.
He decidido ser más consciente de estas muchas conexiones y tomar la decisión consciente de desarrollar aquellas a las que elijo moverme a un nivel más profundo. Algunas requieren un poco más de esfuerzo, pero hay pequeñas cosas que puedes hacer para mostrar a los que te rodean que les aprecias, y al hacerlo envías ondas de bien que irán a otros, y finalmente de vuelta a ti. Aprovecha esas oportunidades para conectar con los que te rodean e influir positivamente en sus vidas.
Tanto para establecer nuevas conexiones como para reforzar las existentes hace falta valor, porque al hacer ese esfuerzo nos estamos exponiendo al síndrome de "no les caigo bien". Se trata de una respuesta natural que nuestro ego utiliza para protegernos aparentemente. Sin embargo, al no esforzarnos por crear nuevas conexiones o profundizar en las actuales, no vamos a disfrutar de los maravillosos beneficios que se obtienen cuando hacemos el esfuerzo. Estos beneficios vienen en muchas formas, ya sea más negocios para nuestra empresa, más placer al disfrutar de la familia y los amigos, o conseguir el apoyo que necesitamos en tiempos difíciles. Arriesgar es recibir, y en este caso los dividendos vuelven a ti de múltiples formas: ¡feliz conexión!